La tecnología nos acerca a fuentes de conocimiento; no obstante, en las redes sociales posee un preocupante significado -sobre todo para las audiencias más jóvenes- al ser percibida como una frontera borrosa entre lo público y lo privado.
Por Erincson Cordova. 20 septiembre, 2021. Publicado en El Tiempo, el 19 de setiembre de 2021.Cada día, a cada instante, cuando tomamos el celular, deseamos inevitablemente revisar las redes sociales, pues casi siempre su contenido espontáneo y novedoso intenta persuadirnos. Así, pasamos de una red a otra buscando entretenimiento, información o simplemente dejando transcurrir el tiempo.
Hoy, gracias a la tecnología, la comunicación digital procura que un contenido perdure en el tiempo a través de la imagen. Bajo la regencia del video en las redes sociales es posible encontrar información relevante ya sea de los sectores Educación, Salud, Ciencia y tecnología, u otros.
Por ejemplo, en TikTok (la aplicación más descargada en el 2021) encontramos a Federico Vallejo, neumólogo e intensivista del Centro Médico de McAllen (Texas). El excelente contenido de este tiktoker consiguió que fuera contactado por la OMS para colaborar en campañas contra la desinformación acerca del COVID-19. Su repercusión ha sido mundial.
La tecnología nos acerca a fuentes de conocimiento; no obstante, en las redes sociales posee un preocupante significado -sobre todo para las audiencias más jóvenes- al ser percibida como una frontera borrosa entre lo público y lo privado.
Se observa a diario la exhibición constante del cuerpo, la presentación de semidesnudos y la sexualización al público, a través de transmisiones en vivo o videos breves (tiktoks o reels). Además, la interacción -concepto básico de la socialización digital- se convierte en una retahíla de mensajes procaces de los participantes, los cuales solicitan con asiduidad que se muestren algunos detalles íntimos, que algunas veces son atendidos con anuencia por el anfitrión. Lo más alarmante de esta situación es que menores de edad realizan estas prácticas, escabullidos en algún recinto de la casa, sin la sospecha de sus apoderados, encontrándose totalmente desprotegidos, vulnerables y desorientados.
Del Pretel y Rendón, en su artículo de investigación “Virtual social networks: Spaces of socialization and definition of identity”, señalan que en las redes sociales existe una hiperexposición de fotos y videos que posibilitan una participación más activa en la comunidad en busca de validación, consenso y aceptación. El resultado no es solo la hiperestimulación, que se espera sea recompensada de manera seductora y gratificante, sino que también se anula la individualidad. En ese sentido, consideramos que también se menoscaban valores y virtudes, y se refuerza una conducta inadecuada que – tarde o temprano- presentará un sombrío desenlace.
Este es un artículo de opinión. Las ideas y opiniones expresadas aquí son de responsabilidad del autor.